sábado, 28 de julio de 2007

Dilema


Hoy se estrena la película de Los Simpson. Y no sé qué hacer, si ir a verla o no. En casos de indecisión, suelo hacer una lista de pros y contras y asegún me dé el balance suelo realizar mis opciones. O no.

Veamos:

Contra
Por lo menos las dos primeras semanas va a estar el cine lleno, y detesto las multitudes.

Pro
Puedo esperar un par de semanitas hasta que se descongestione el asunto (después de todo creo que espero algo así desde que tengo memoria).


Contra
Va a estar lleno de los clásicos burises hinchapelotas a los cuales los padres llevan a ver esas películas que a los ignorantes les parecen que son para niños pero que en realidad los niños no disfrutan como puede disfrutar uno, que ya está medio crecidito.

Pro
Mmm... Son Los Simpson.


Contra
El nivel de la serie ha venido descendiendo al punto de causar más tristeza que gracia demasiado a menudo.

Pro
Son Los Simpson.


Contra
Los Simpson son una serie de capítulos de menos de media hora. Una película puede ser una pirueta mortal.

Pro
Son Los Simpson.


Contra
Las voces no son las originales.

Pro
Son Los Simpson. Son Los Simpson, carajo!!


Creo que ya me decidí.

Lo mejor de lo mejor 3

A pedido de el "fino" me dediqué a buscar un par de momentos más de los Simpsons. Bueno, no encontré los que este muchacho me indicaba, pero en su lugar van dos que no se quedan atrás.





Y no te olvides: la mejor forma para que un hombre lobo vampiro robot en rollers no te alcance, es correr por un pantano.

viernes, 20 de julio de 2007

Nadie entra, nadie sale


Hoy es un día especial. Hoy es el día en que me complazco en anunciar que desde hoy, nosotros, o sea, los admiradores de la obra cinematográfica del incomparable y coloniense Ricardo Islas, tenemos en este blog un lugar para el regocijo artístico y el disfrute de esas películas memorables que todos guardamos con cariño en nuestros corazones y que de seguro son el leit motiv de nuestras más horripilantes pesadillas y terrores nocturnos.

De entre todos los filmes de esa PERSONA/CREADOR/ARTISTA, Demasiados humanos pone hoy al alcance de la plebe uno de los más emblemáticos: el inmortal Plenilunio. Ya ampliaremos más sobre esta fascinante masterpiece, pero los ignorantes pueden ir haciendo boca con estos sagaces e incisivos comentarios del amigo Agustín (puesto número 1 de la entrada "Las 10 peores películas no-pornográficas vistas por Agustín")

Y por medio de este acto, declaro a Demasiados humanos 1er blog oficial de Plenilunio y Fan Blog oficial de Ricardo Islas.


Descargar Plenilunio:


1er Fragmento
2º Fragmento
3er Fragmento
4º Fragmento
5º Fragmento
6º Fragmento y el archivo para reunir todos los fragmentos

Creo que se precisa este programa para reunir los fragmentos.

miércoles, 18 de julio de 2007

Aceptame el gambito

Dejo aquí un bello enlace al ranking de las jugadoras de ajedrez más fotogénicas del campeonato de Turín. Una joyita. Me dan ganas de hacerme un viajecito a algun país eslavo o árabe.

Descubierto y robado de aquí.



(Gambit, mi X-Man preferido)

martes, 17 de julio de 2007

Hay gente que no aprende más

Hoy, en la media hora que tengo entre mi llegada de la práctica liceal y mi partida hacia el psicoanalista, prendí la tele y puse Buscadores al tiempo que me comía una hamburguesa. Justo agarré uno de esos cuentos cursis que tiene la costumbre de contar Antonio Maeso (persona que además de contar cuentos cursis en Buscadores no sé a qué más se dedica). La historia iba por la mitad, y por lo que pude colegir, era una anécdota propia.
El tipo estaba en una reunión o algo así en una casa, acá en Uruguay, y se puso a hablar con un arquitecto, al cual, y para hacerla corta, le llamó la atención, por desconocida, una rara estructura en el fondo de la casa: el parrillero. En opinión del arquitecto, que supongo sería extranjero, era una "estructura formidable", que no tenía "simetría alguna", y no me acuerdo qué otras observaciones de asombro técnico hizo el profesional en cuestión.

Después de la anécdota, por supuesto, vino la infaltable reflexión de Maeso. ¿Qué pudo haber dicho este tipo que tiene toda la pinta de ser re buena gente? Que uno sólo ve las cosas que quiere ver, que tenemos algo así como "trabas mentales" (estoy citando de memoria, Tucídides te quiero) de las que tenemos que liberarnos para poder apreciar la riqueza de la realidad, etc.

Ay, ay, ay. No, hermano, measte afuera del tarro. Si bien en cierto sentido se puede afirmar que vemos sólo lo que queremos ver, y que existen impedimentos psicosociales que a veces se erigen como obstáculos para aprehender ciertas realidades, esta anécdota no es el caso.
El arquitecto vio lo que podía ver, lo que su bagaje cultural le permitía, es decir, no vio el parrillero en tanto que parrillero, porque era algo desconocido para él, porque con dicho bagaje no podía dar cuenta de ese nuevo elemento que estaba percibiendo.

Larga vida al idealismo.

lunes, 16 de julio de 2007

Tres frases-lazarillo

"¡Dios mío! Podría estar encerrado en una cáscara de nuez y creerme rey del espacio infinito..."

Will Shakespeare, Hamlet

Primer mandamiento de quien pretenda alzar la bandera de la ciencia o de la razón; un llamado a la humildad y al escepticismo.


"Argumentar con alguien que ha renunciado a la lógica, es como dar medicina a un hombre muerto."

Thomas Paine

Aprendido a costa de numerosos moretones en mi cráneo intelectual, producto de mis otrora reiterados choques contra paredes religiosas, dogmáticas o pasionales.


"Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío... [no necesito continuarla]"

Bertolt Brecht

No he encontrado argumento que destruya este razonamiento, el más claro alegato contra la indiferencia política en cualquiera de sus muchas formas.

domingo, 15 de julio de 2007

Una lágrima por tí, una lágrima por mí

Sí señora. Sí señor. Terminó Roma, la soberbia (y me quedo corto) serie de televisión de HBO/BBC/RAI. Derramo una lágrima de tristeza, y otra de agradecimiento. Tristeza porque no habrá una tercera temporada, agradecimiento por los niveles de excelencia que supo lograr.

Debo confesar que la primera vez que me acomodé en el sillón para verla, esperaba encontrarme con una superproducción repleta de batallas y aventuras épicas. Nada de eso. Al menos, nada de eso en la forma clásica que la épica adopta en el cine.
En su lugar, se desplegó ante mí la maravillosa cotidianeidad, de la gente común y de la gente que recuerdan los monumentos, del ocaso sangriento de la antigua República romana, y el amanecer no menos turbulento del Imperio.
Las intrigas políticas, las pasiones, las relaciones sociales, el ordenamiento jurídico, la economía, las mentalidades, todo eso y mucho más se desplegó ante mi estupefacto ser capítulo tras capítulo, logrando una de las mejores producciones históricas (o sea, sobre un período histórico) que se hayan filmado.


Uno no puede evitar compararla con otras obras de cine o televisión que tratan sobre la antigua Roma. Sobre todo aquellas viejas películas cubiertas de un halo de romanticismo o idealización. Está bien, son productos culturales de su tiempo, pero debemos agradecer que los tiempos hayan cambiado para que se pueda mostrar en la pantalla, sin problemas, escenas de sexo y de violencia como de las que hace gala Roma.
A no caer en un equívoco facilongo ante estas palabras: el sexo y la violencia en Roma no son, en absoluto, "anzuelos" para el espectador; una obra de arte semejante no caería en el mamarracho de querer captar a la audiencia con argumentos tan gastados (y efectivos, a qué dudarlo). Lo que en otros lugares es la excusa para la obra, aquí se inserta naturalmente en la trama narrativa, casi sin que uno se dé cuenta.
La presentación no es más que la síntesis de todo esto. Nada de batallas y soldados, o gladiadores. Sólo gente borrosa caminando por las callejuelas de la antigua Roma, entre paredes repletas de grafittis que cobran vida y nos hablan sobre esa vida cotidiana. El pasado cobra vida frente a nuestros ojos azorados.

Mención aparte merecen las actuaciones. También formidables. El solo personaje de Julio César basta como justificativo para ver toda la primera temporada, la cual comienza con el cruce del Rubicón y termina con su asesinato (lo bueno de esta historia es que uno ya se sabe algunos finales). La segunda continúa desde allí hasta la coronación de Augusto.
Sin embargo, la historia es narrada a través de las vidas de dos legionarios romanos, dos soldados comunes y corrientes que van desempeñando distintos papeles en las cambiantes situaciones políticas de esos pocos años. Personajes también impecablemente logrados.

Quizás se deba a mi pasión por la Historia, o a la imagen esteoreotípica que Hollywood nos ha creado acerca de este trozo del pasado, pero Roma es una serie que o te fascina o no te llama la atención. Vale decir, si uno quiere ver batallas y juegos en la Arena, más le vale alquilarse Gladiador que se va a divertir mucho más.
A mí, como resulta evidente, me fascinó. Probablemente, lo más asombroso sea el retrato de una sociedad auténticamente pagana, auténticamente amoral, tan sincera como hipócrita. Tan pasional. Retrato que evita cuidadosamente el peor pecado del historiador: el anacronismo. Porque Roma no cae en idealizaciones ni en moralismos propios de épocas posteriores, ni le son extrapolados elementos culturales ajenos.

Una vez más, el vil metal priva al mundo de semejante deleite. Ya nos sucedió, salvando las distancias y las escalas, con Los Simuladores. Excelencias televisivas cuyos gastos de producción las hicieron inviables.

Como sea, te regalo mis dos gotitas saladas. Salve.

sábado, 7 de julio de 2007

Una cabeza brillante


A 23 años de su muerte.


(Puta madre, pensar que podría estar vivo)


viernes, 6 de julio de 2007

El infierno tan temido

Habiendo visto la película Johnny got his gun, volvió a mis pensamientos una idea con la que alguna vez supe deleitarme con raro gusto por el horror. La idea en cuestión la bauticé como "infiernos posibles": situaciones infernales, desesperadas y sin salida, y que se pueden dar efectivamente.
No se trata precisamente de muertes espantosas, sino de situaciones más o menos prolongadas, que se me ocurren de angustia extrema.

El entierro prematuro. Ese es el título del cuento que más supo alterarme, trastornarme, horrizarme. Esa es la palabra. Horror. No conocí el horror literario hasta haber leído esa serie de crónicas sobre gente enterrada viva. Me pareció la situación más angustiante que ser humano pueda vivir.
Hace un par de días encontré una canción de Rammstein sobre una situación así:

Spieluhr (Caja de música)

Un hombrecito finge morir
quería estar solo
el pequeño corazón estuvo quieto durante horas
así que lo dieron por muerto
Es enterrado en arena mojada
con una caja de música en la mano

Las primeras nieves que cubren la tumba
han despertado con dulzura a la criatura
En una noche fría de invierno
el pequeño corazón ha despertado.

Al cubrir el hielo al niño
se pone en marcha la caja de música
una melodía en el viento
y bajo tierra canta el niño

Arriba y abajo jinete
y ningún ángel bajará
mi corazón ya no latirá más
sólo la lluvia llora en la tumba
Arriba y abajo jinete
una melodía en el viento
mi corazón ya no latirá más
y bajo tierra canta el niño

La luna fría en todo su esplendor
escucha los gritos en la noche
y ningún ángel bajará
sólo la lluvia llora en la tumba

Entre firmes maderos de roble
tocará con su caja de música
una melodía en el viento
y bajo tierra canta el niño

Arriba y abajo jinete
y ningún ángel bajara
mi corazón ya no latira mas
sólo la lluvia llora en la tumba
Arriba y abajo jinete
una melodía en el viento
mi corazón ya no latirá más
y bajo tierra canta el nino

El día de los difuntos escucharon
una melodía desde el cementerio
allí la desenterraron
salvaron el pequeño corazón del niño

Arriba y abajo jinete
una melodía en el viento
mi corazón ya no latirá más
y bajo tierra canta el niño
Arriba y abajo jinete
y ningún ángel bajará
mi corazón ya no latirá más
sólo la lluvia llora en la tumba.

Un infierno posible, y con probabilidad bastante frecuente en épocas no tan antiguas.

One. No sé cómo llamarlo, así que le pongo el nombre de la gran canción de Metallica basada en la historia de Johnny got his gun. El argumento no puede ser más sencillo y más aterrador: un soldado, en la guerra, pisa una mina terrestre, solo para despertar en el hospital y descubrir que ha perdido la vista, el oído, el habla (de hecho parece ser que ha perdido la cara), los brazos y las piernas. Sólo conserva la motricidad y el tacto, y es alimentado a través de máquinas. En un ejemplo tan improbable (aunque no imposible) como espeluznante, se revela una angustia que en un primer momento puede pasar desapercibida (pues lo primero que uno puede pensar es que el tipo ya no podrá jugar al fútbol): la angustia de la imposibilidad de comunicarse, tanto como emisor de mensajes como receptor. Un caso así habría hecho las delicias de Hume y de Locke; al perder los sentidos, se pierde la comunicación, al punto de que se hace imposible distinguir entre la realidad y el delirio.

Pero lo peor (bueno, después de tanta desgracia no sé si puede hablar de "lo peor") es que el tipo sí logra darse a entender, luego de que una enfermera dulce y compasiva "habla" con él marcándole sobre su pecho letras que forman palabras. Lo hace a través de golpeteos de cabeza sobre la almohada cifrados en código morse. "Mátenme". "Mátenme". "Mátenme". Pero nadie lo mata. Es un caso que debe ser investigado, y además no sería ético. Che.

Como dice la canción, no puede vivir, no puede morir: su cuerpo es su celda. Su vida es el infierno.

La habitación blanca. No sé por qué, se me ocurrió ponerle así. La idea es de mi amigo Pez Rabioso, y es sencilla. Despertarte de repente y que alguien te diga que todo lo que viviste hasta el momento fue un delirio. Medio como Matrix, pero en el mundo real. No sé qué más agregar.


"Remember Sammy Jankins". Este es un infierno raro. Porque, a menos que uno tuviera tatuadas inscripciones que le recordaran conocimientos sobre la extraña afección llamada amnesia anterógrada, como en Memento, no sería conciente de estar viviéndolo. Una lesión cerebral en el circuito responsable de almacenar la información nueva que ingresa al cerebro impide que dicho almacenamiento ocurra, pudiendo sólo retener información en la llamada memoria operativa o memoria a corto plazo, que dura aproximadamente un minuto. Ergo, la persona afectada de este tipo de amnesia queda intelectualmente congelada, para siempre, en el momento mismo en que se produce la lesión. Sólo podrá recordar lo que hasta el momento tenía guardado. Nada nuevo.


El profesor Roberto Ventura nos contó una vez, en clase de Neuropsicología, un par de casos. En uno, el tipo afectado se había quedado detenido a principios de los 70 o finales de los 60. Entrevistado a finales de los 80, el seguía viviendo bajo la presidencia de Pacheco, y preguntado por una dictadura, contestaba "Naa, ¿qué dictadura?". Otro caso, más triste, era el de un hombre bastante joven que estaba por casarse, y había sufrido un accidente que le había resultado en una amnesia de este tipo. Su prometida, en primer momento, dijo que no le importaba, pero los médicos, haciéndola reflexionar, le mostraron la terrible perspectiva: "Mi amor, ¿te gustó la película?" "¿Cuál película?" La mujer lo terminó dejando, y el hombre se entristecía por este abandono que no comprendía. El infierno del inconsciente presente perpetuo.